MBFWM16: LAS MODELOS, UN EJÉRCITO DE ESTILO Y BELLEZA
Como un ejército, con el estilo y la belleza por armas (ojalá fueran así todos los ejércitos), las modelos desfilan por la pasarela sin cambiar el gesto de su rostro. En las fotos saldrán maravillosas, porque tienen estudiada al milímetro su expresión para que la foto sea perfecta en los pocos segundos que dura su camino frente a los disparos de las cámaras. Salen vencedoras siempre.
He tenido el privilegio de acudir a una maratón de desfiles en la última edición de la Mercedes Benz Fashion Week de Madrid (MBFWM16) en la que hemos podido ver lo que se llevará la próxima temporada Primavera/Verano 2017. Los he visto todos, todos, todos. Mil gracias a Chus Pons de Desmarkte por hacerlo posible. Y gracias Julia, del blog LadyLike ByJS, por ser mi compañera de viaje y hacer de estos días una experiencia maravillosa.
De mi experiencia y de mis diseñadores favoritos hablaré en próximos posts. Pero esta vez he querido comenzar por las protagonistas invisibles: las modelos, quienes con discreción, mantienen el tipo para que nos fijemos en lo que llevan puesto, en cómo van peinadas o en cómo van maquilladas, para no restar importancia al diseñador que espera en backstage nervioso por conocer el impacto que su colección ha tenido en el público y en la crítica.
Protagonistas invisibles
A veces deslumbradas por los focos, intentando medir por pasos el lugar donde pararse para dar el giro, media vuelta y volver por donde han venido. Muchas veces, aguantando esos tacones imposibles dando envidia al resto de las mujeres que queremos lucirlos de esa forma tan liviana, como si fuéramos flotando. Parece que no les duelen los pies. Y les duelen mucho. Pero no se nota.
Son capaces de hacer que las mires sin verlas realmente. Dan protagonismo a las prendas que lucen tal y como les ha pedido el diseñador. Como camaleones, ayudadas por un gran equipo de estilistas, peluqueros y maquilladores, se convierten en princesas, en lolitas, en mujeres fuertes o frágiles, según la necesidad de la puesta en escena…y consiguen que olvides que son las mismas, en la mayoría de los casos, quienes, desfile tras desfile y día tras día en una fashion week, hacen sentir al espectador el deseo de poseer, o al menos de probarse, si el bolsillo no le da para más, ese diseño tan maravilloso que le hará sentir como una modelo.
Es curioso observar a estas mujeres, algunas recién estrenados los 20 o ni eso. Casi niñas que provocan ganas de comprar a muchas mujeres de 30, 40, 50 o más, que son las que ya pueden estar en edad de tener la capacidad económica de permitirse acceder a los diseños expuestos. Estas modelos son productoras de sueños.
La imperfección nos hace humanos
¿Quién no se imagina vistiendo algo así mientras todas las miradas se vuelcan en una? ¿Quién no ha envidiado, al menos una vez, esos cuerpos imperfectos de las modelos? Sí. Imperfectos. ¿Te crees que ellas no tienen complejos?
Son mujeres, son humanas, y los tienen. Igual que tú y que yo. Aunque es cierto que con la edad nos los vamos quitando ¿o no? Cuerpos sin apenas curvas, delgados, muy delgados…(de la altura ni hablo) Pero deseados, porque todo les queda bien. O eso parece.
¿La ropa luce más o mejor en esos cuerpos?
Quizá no. Quizá nos hemos acostumbrado a pensar que eso es lo estéticamente deseable y correcto. Son los cánones de belleza que nos han establecido. En lugar de aprender a querernos y aceptarnos como somos, nos han enseñado a querer ser algo distinto.
En lugar de aprender a querernos y aceptarnos como somos, nos han enseñado a querer ser algo distinto. Share on X
Y estamos equivocados. Porque la consumidora final de esos diseños, la mujer que va a la tienda y los compra, no suele ser modelo, ni tiene un cuerpo escultural. Bien sea alta o baja, talla 36, 40 o 46, sólo pretende estar guapa y sentirse bien consigo misma para gustarse y quererse un poquito más.
Además, esta vez no quiere ser invisible, quiere sentirse protagonista con más confianza en sí misma, con belleza y estilo en su día a día. Y sentirse, un poquito, modelo de pasarela. Ellas producen sueños. Pero tenemos que traerlos a la realidad.
Fotos: Vogue